. davidcampo .

domingo, 31 de agosto de 2008

Des del momento en que nacemos ya poseemos ese instinto de egoístas y no sé si tal vez te habrás preguntado alguna vez dónde estabas antes de ser ese individuo que hoy en día eres pero a escala 50:1. Yo sí. Y como consecuencia, esta hipótesis:
Pasaste hasta 9 meses encerrado en una bolsa en íntegra soledad creyendo que eras tú el único en aquel lugar, avaricioso hasta las trancas, apoderándote de aquel espacio tuyo que no gozabas compartir con nadie, mas ya lo habías bautizado como; MÍO.
Ahora es el momento cumbre para el típico listito de turno que alza la mano con completa discreción y elegancia para ejecutar la pregunta que teóricamente tiene que dejarme sin respuesta, pero que no lo va a conseguir:
-¿Y entonces, según su teoría, los gemelos dado que comparten el útero durante el ciclo de gestación no nacen siendo avariciosos?
Buena pregunta, acompaño con una hipócrita carcajada, pero realmente vas equivocado y te explicaré. Incluso pondría las manos en el fuego, con todas las consecuencias que eso conllevaría, y afirmaría que los gemelos son la especie más avariciosa por encima de los demás (siempre existen excepciones, como en todo. Excusa que me salvará en caso de que tenga que cumplir con lo dicho anteriormente). Un hecho lo refleja claramente. Tras haber compartido con generosidad aparente la bolsa de la vida (o útero) durante 9 meses, el primer suceso más claro de hipocresía está aún por surgir. Después de haber estado transmitiendo respeto, compañerismo y solidaridad mutuamente, la cruel falsedad lo va a anular todo por completo desembocando en una carrera en la que el primero será el vencedor. Una auténtica batalla campal para conseguir el podio para salir al mundo de los vivos (o superficialmente vivos, como tu lo veas) surgirá en aquel lugar que había servido de hogar previamente para los dos. La madre arremete de dolor, pero eso no importa, el primer puesto pasa por encima de cualquier dichoso e insignificante dolor, por supuesto.
Finalmente el primero en salir es el ganador, el héroe que sustenta su esfuerzo en un suspiro de venganza.
De ahí proviene la típica pregunta que suele hacerse a los gemelos: ¿Y quién nació primero de los dos?

La pregunta del listito ha quedado respuesta, pero no se conforma con esa extensa explicación que le acaban de dar y va a por más. El listito está cambiando, se encuentra en la fase 2 de su evolución, a pasado a ser aborrecedor ¡gran progreso! Sigue así y mi paciencia cederá, rompiendo en una sucesión de vocablos acumulados que no serán de tu agrado.
A pesar de los pesares y sin ningún inconveniente, efectúa la pregunta:
- Los bebés prematuros pasan menos tiempo encerrados en el útero ¿Son entonces menos egoístas?
¡Qué chico tan curioso e impertinente! No. Haber, nacen con la ventaja de que su periodo de avaricia no ha sido tan extenso como el de un bebé normal, pero para no estar aventajado respeto a los demás se les instala en un pequeño rectángulo de apenas medio metro cuadrado y con menos ventilación que un sobaco, al que hemos denominado incubadora. Es allí donde se acaban de formar como natos egocéntricos.
Parece ser que el listito aborrecedor no tiene nada más absurdo que preguntar, paso que da pie a que prosiga con mis teorías.
El individuo con tan solo 1 año de edad es instalado en un local dónde se encontrará con diferentes criaturas de parecidas características con tal de que entre ellos se vaya creando un ambiente de competitividad protagonizado por las experiencias vividas unos meses atrás en el útero. De ahí provienen los primeros sellos grabados en la piel del niño ya sean provocados por dentaduras, uñas mal cortadas o simples colisiones entre ellos.
Nos encontramos en un establecimiento público en el que el caos reina por encima de todo como si del Passeig de Grácia en pleno mediodía se tratara; chupetes arriba, pañales por allá, baberos por aquí. Un lugar denominado guardería. Y que al separarlo en morfemas se obtiene guard- de guardar supongo y –eria, tal vez de ganadería, curiosa la combinación. Pero las casualidades ya son notables cuando nos fijamos en el rótulo del nombre de la mayoría de guarderías y observamos una extraña coincidencia: pertenecen a animales o personajes animados que pertenecen a éstos. Paseando por mi entorno encontré nombres como: Canario, Sardina, La Gallina Turuleta, Lagarto Juancho, Oso Baloo, Ranita, Tortuguita, Piolín, Ratón, Canguro, Bambi, Dumbo, Snoopy, Larba, Panda, las Ocas o lo que es mucho peor Patito Feo, o ya incluso sospechoso y aberrante: La Granja.

Seguramente una cadena de casualidades erróneas que han dado pie a una conclusión tan extremista, absurda y real como la mía. Si te gusta la anotas en tu libreta de anécdotas, sino pues nada sigue leyendo, o no, como prefieras.
Dejando de banda filosofías de cualquier tipo. No nos vamos a engañar, aquí todo el mundo se cultiva su propio beneficio. La empatía hace años que perdió el rumbo de nuestro camino. El respeto a los demás. ¿El respeto a los demás? ¿De qué me hablas? A saber donde se encuentra. Tal vez en algún calentón mental lo perdiste para siempre o quizás un simple capricho para estar más reconocido entre la sociedad, que ahora se ve que está de moda.
Apenas puedes imaginarte como me siento al observar desde fuera, pero a la vez por dentro y con detalle, este antro de escaparate.
Sigamos luchando por mantener inmunes los pilares que sustentan nuestro "status" social, por crecer día tras día, y por eliminar todo aquel que intente, con buena intención, arremeter sobre las raíces de nuestra existencia; poseer, creerse, "yo más que".
¡Róbenle la brújula a la ignorancia y que se pierda en la inmensidad de una vez!


david.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me tomo el principio del texto con muxa filosifia e ironia ya que cuando somos tan pekes no tenemos capazidad de pensar solo el simple exo de sobrevivir..
En cuanto a los gemelos sale el k esta mas abajo d la salida x asin decirlo jeje...

Pero creo que este texto es una realidad,de un buen principio ya intentamos sobrevivir a saber k estamos solos en esta vida que no podemos depender de nada ni de nadie,k muxos de nosotros no nacemos egoistas pero gracias a la sociedad i a la abundancia de seres reprimentes k solo piensas para eyos i k suelne fallarte acen k sin kerer o keriendo te unas a ese grupo tan mayoritario de egoismo que muchos le llaman a sobrevivir en esta selva d ai el nombre de esa guarderia ''la granja'' enfin k ma molao el texot;)

Anónimo dijo...

Espero leer pronto una segunda parte, en que el bebé egoista pasa a ser, incluso mas si cabe, mas egoista aún, al formar parte de otro tipo de jaula, mucho mas libre y, también si cabe, con mas libertad que tal vez una guarderia...

También he de decir, que, naciendo todos egoistas, nadie es egoista, pues siendo todos de la misma manera, nadie destaca como tal... Creo que se entiende.

Me ha gustado leer el texto... Un abrazo!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Oh.. :)

Me has sorprendido David, y muy agradablemente...

Me ha gustado mucho la reflexión y sobretodo el remate (fabuloso) de tu última frase... De todas manera, aunque coincido contigo con la idea de la humanidad egoista y el estupido lema...pero aun asi cierto: "que sobreviva el más fuerte...y si dejamos alguien atrás alla el..."

No creo aun así, que sea algo que proviene desde que estamos en el vientre, es más, pienso que en ese momento es cuando somos más puros y más inocentes...(debemos pensar que antiguamente las sociedades sobrevivian a base de compañerismo, respeto y ayuda mutua (aunque porsupuesto también había conflictos y rivalidades)).

Con todo esto quiero decir que lo que, según mi opinión, nos vuelve en seres egoistas es la sociedad que nosotros mismos hemos creados y que cada vez estamos convirtiendo en más absurda e individualista...

en fin, igual que tu dices que haber si robamos la brujula a la ignorancia, también estaría bien romper el acelerador de la sociedad que cada vez nos esta llevando más y más abajo.

sigue escribiendo david,

un abrazo.